¡Hola!, hoy de nuevo me encuentro con ustedes, espero que hayan tenido una buena semana y que la semana que venga sea mejor para todos, el tema del que hoy escribo es violencia intrafamiliar, un tema del que se habla abiertamente en estos días, y se escucha en todos los medios de comunicación, pero que aun sigue siendo frecuente, en cualquier tipo de familia, sin importar nivel social. Espero que disfruten de esta publicación.
Un hecho lamentable con el que hoy en día seguimos viviendo en pleno siglo XXI es que las personas continúen siendo victimas y victimarios dentro del máximo núcleo, la familia, la formula hombre – mujer – hijos atraviesa una crisis en aumento que se refleja en el alto índice de violencia intrafamiliar. La sociedad esta creando maquinas generadoras de violencia, hombres y mujeres que cargan a diario una “pistola” y a la menor provocación disparan, hijos que maldicen a sus padres, herm@s que humillan a sus herman@s, un sin fin de injustas situaciones que acarrean la desgracia de los más vulnerables, los niños.
“La pistola” violencia intrafamiliar no se limita a disparar golpes, va más allá del maltrato físico, también mata la autoestima, los sueños, el alma y la oportunidad de crecer en un ambiente sano para desarrollarse plenamente como persona. No se puede permanecer en ese círculo, en el que el miedo sea más imponente que la vida, se tiene que acabar con cualquier tipo de crueldad, desde el esposo golpeador hasta la madre agresiva, agresiones que van desde una patada hasta las palabras mas ofensivas, no se debe infringir el derecho a vivir con el respeto de los demás, ni el derecho a tener una familia que te brinde seguridad y amor.
Quizá, en otros años, aun no se tenía la suficiente libertad para poder enfrentar el infierno del maltrato familiar, ahora me intriga saber que responderían esas familias que aun continúan en esta situación, ¿Aun siguen pensando que deben vivir junto a esa persona hasta que la muerte los separe, así sea la muerte a golpes por su marido? ¿Estarán dispuestos a estas alturas a permitir el abuso de los niños y a terminar así tajantemente con su vida?, ¡Eso ya no funciona!, se tiene que cambiar.
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