jueves, 29 de marzo de 2012

Canto Perdido

<Nota: Antes que nada ofrezco discupas a todos aquellos visitantes que entren y vean mi publicacion en la fecha d ealgun colega y amigo, puesto que por el momento ellos necesitan tener en regal sus actividades, me tome el atrevimiento de pedir un poco de espacio para escribir un poco, siendo este una publicacion que espero les agrade, digamoslo de un modo, una prueba para ve ris regreso yo o mejor me dedicó a lo mio, jajaja opinen y digan si desean ver más de mi en alguna fecha que gusten y planeen con los altos mandos; esto sera mi nueva Aventura, espero les agrade>
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Me encontraba en la senda más vacia, más lugubre del infinito terreno.
El arido viento del entorno, hacia lagrimear mis ojos, como si estos se volveran piedra.
Al intentar vislumbrar el fondo de todo el panorama, me tope con una enorme torre, que de lejos, simulaba la silueta de un huracán.
Caminé lo que parecía casi dos horas. Y al llegar pude ver la entrada de un pueblo, mismo pueblo que tenia en su haber, dicha torre extraña.
Un pueblo tan arido y hostil, que las personas mismas parecian fantasmas. Vagabundos que se ocultaban entre periodicos y papeles hechos trizas, mujeres y niños que entraban presurosos a sus viviendas, algo más que corroidas por el tiempo.
Nuevamente las bocanadas de aire caliente hacian acto presente, en un ambiente tetrico y lleno de un aroma nauseabundo. Se acercaba el crepusculo, y aquel pueblo, ya de por si inquietante; se convirtió en algo tan similar a un camposanto.

Cerre mis ojos, esperando que el sucio hedor y el asfixiante calor, se detuvieran con un posible frio nocturno, pero no fue asi.
Dela nada y a lo lejos, un galope se acercaba hacia mi desde mis espaldas, al voltear una figura oscura, cabalgando un caballo negro con frenesi, se materializaba en medio de una densa neblina, poco usual con el clima calido que sucumbia.
Un caballo de ojos llameantes colo azul, que rugia enfurecido, parecia no tener la minima piedad de pasar encima de mi, y al contemplar su funesta intención, di un brinco largo hacia atras, que provocó mi caida al suelo.
El jinete, paso de largo, dejando una extraña estela de vaho, que dibujaba singulares rostros de sufrimiento, que de no ser por el viento, hubiese jurado que gemian adoloridos.
Segui la non sancta guía que dejo el caballero oscuro, y detuve al percatarme que el jinete habia aparcado en un oasis.
Amarró a su fiel corcel a una roca y saco de sus ropajes, un saco pekeño de cuero negro. Arrojo el contenido del mismo al oasis, y acto seguido, el agua comenzo a burbujear por unos instantes, hasta resurgir de ella, un extraño ser de apariencia indescriptible, sus enclenques manos dejaban ver multiples anillos de oro con piedras de diversos colores.

-¿Has traido hasta aqui a esos PECADORES?

El jinete movió solo la cabeza y de un maletínviejo, abrio los broches y ondearon como olas, una enorme cantidad de vapores que gemian sin cesar, esta vez, el viento no estaba jugandome una broma, eran gemidos de verdad.
El ente, contempló los vapores por un segundo e inhalo con tal fuerza que aquello acabo siend un rico aperitivo para aquel monstruoso ser.

-Su sabor no tiene igual, y su condena tampoco... (sniff) ¿hueles eso CAZADOR, hiede a mortal?

Al voltear, no pude esconderme tan rapido a su mirada, llena de rabia y recelo, sin pensarlo dos veces el jinete dio pasos largos hacia mi, mientras el miedo entumecia mis extremidades. Su gélida mano tocó mi cuello, mientras la otra desenvainaba ina espada ridiculamente llena de vendas sucias. Lo siguiente, ver como la hoja se acercaba velozmente a mi rostro, lo cual me hizo cerra mis ojos y....

Me encontraba en la senda más vacia, más lugubre del infinito terreno.
Pero esta vez.. esta vez era diferente.

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