viernes, 4 de noviembre de 2011

Noche para disfrutar

¡Cuanta tranquilidad y paz se respira en el aire en estas fechas! En noches como estas se apetece recostarse en el césped, para sentir aquel frio inundar todo el cuerpo y sentirse por un solo instante vivo. Meditar bajo el hermoso manto de estrellas sin perder la cabeza ni un solo instante. Disfrutar de aquella apacible tranquilidad hasta que mis sentidos detecten a alguna tierna y deliciosa presa. Mis sentidos se alertaran y esa será la señal de que el juego acaba de empezar.
Me acercare lentamente hacia mi suculento manjar y no podrá escapar, una vez que este en mis garras ya nada le podrá salvar. Me deleitare con el miedo reflejado en sus ojos y el brillo de la luna intensificando mi persona. Y aunque trate de controlarme y disfrutar de mi juego diabólico no podre, por que el palpitar de la sangre en su yugular me invitara a perder el control y yo, cederé ante su poder atrayente y fugaz. Clavare mis colmillos en su delicado cuello y al contacto de su sangre en mi lengua un sinfín de imágenes de su vida me serán revelados. Puedo verle en su infancia, la arrogancia de su adolescencia y su maldad en su edad adulta. El tiempo se detiene y mientras más sangre consumo mas fuerte me vuelvo.
Mi juego está a punto de concluir, pero siendo como soy, un ser perverso y lleno de rencor, no dejare que mi victima muera sin sufrir, sin mirar en sus ojos la misericordia y compasión que jamás obtendrá de mí. Sin sentir sus lágrimas en mi mejilla y escucharle exclamar un “Por favor” que de nada le servirá. Ni sus oraciones, rezos y canticos dirigidos a su Dios le podrán ayudar, soy inmune ante cualquier poder basado en las creencias y religiones. Su debilidad comienza a menguar, sus brazos ya no tienen la misma fuerza con la que me sostuvieron al principio y esa es mi señal de que debo continuar. Me alejo de su cuello pues es hora de que sepa la verdad. Me muerdo la lengua ante su incredulidad, mi sangre se combina con la suya en mi boca y el éxtasis hace que por un momento me pierda en su sabor. Recupero la cordura y me acerco a sus labios lentamente con mi sangre manando de mi reciente herida en la lengua y le beso con pasión, con una que jamás experimentara de nuevo y le permito ver una pequeña parte de mi vida milenaria, le abro los ojos ante un mundo del cual jamás formara parte. Le siento succionar y aferrarse a mi lengua cuando trato de retirarme y rio para mis adentros pues por un instante aquella estúpida criatura cree que será salvada de su cruel destino pero no es así, me retiro y en sus ojos el asombro y el temor se perciben con claridad ¡Oh si! Acaba de darse cuenta de mi identidad y de su terrible final. Se resigna pues es lo único que le queda y yo con la excitación de la sangre corriendo por mi cuerpo vuelvo a su atrayente yugular. Sé que siente mi aliento en su cuello una vez más y su piel se eriza invitándome a continuar. Desgarrando su alma y oprimiendo su corazón con cada sorbo. Bailando al ritmo de sus palpitaciones que cada vez se hacen más lentas y pesadas. Y antes del último latido de su corazón le dejo en libertad pues mi victima cumplió con su cometido y en nuestra especie es peligroso quedarse hasta el último latido del corazón así como también alimentarse de los inocentes.
Una vez que mi sed y mi hambre hayan sido saciadas adecuadamente, me llenare de asombro al contemplar que no quebrante ninguna regla o norma de mi especie porque ¿Quién soy yo para quebrantar aquellas reglas que por milenios han existido entre nosotros? ¡Oh, ya lo recuerdo! Yo…yo soy Akasha, la reina de los condenados.
Bathory.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Cuando menos lo esperas

Era una tarde fría, en la que me encontraba caminando rumbo a un café, dispuesto a aliviar mi frío y a meditar un momento acerca de los sucesos del día, tal vez fue un golpe de suerte o quizá una tragedia, pero sin lugar a dudas nunca olvidare ese día.

Me encontraba en mi mesa con mi taza de café y mi mochila a un lado, escuchando la música del lugar y meditando, cuando llegó. Era delgada de cabello castaño, ojos oscuros que cautivaban con una penetrante mirada. Llevaba un pantalón gris y una blusa negra que resaltaban lo blanco de su piel. Tomo asiento en una mesa y ordeno un descafeinado para después perderse entre las paginas de un libro de portada café y letras doradas. Intente leer el titulo del mismo, pero la distancia me lo impedía, por lo que decidí disfrutar de mi café.

Recordé que dentro de mi mochila tenia un libro que no había podido terminar de leer desde hacia semanas por culpa del trabajo, así que decidí reanudar mi lectura y lo busque entre mis cosas. Fue cuando volteé a verla. ¿Realmente era ella? ¿Quien había estado esperando? Observé esa delicadeza con la que tomaba su taza de café mientras sus pensamientos y su mirada estaban fijos en el libro que tenia en las manos, la forma en que acomodaba su cabello para que no le estorbara la vista, su concentración, y aun su sonrisa al leer alguna parte que le pareciera graciosa. Tan hundido estaba yo en mis pensamientos que no me había percatado de la belleza que tenia esta chica. La hermosura de su cuerpo, los finos rasgos de su cara, sus gestos !Todo en ella me cautivaba!

Recordé haber dicho no hace mucho en una platica con mis amigos que el amor a primera vista no existe, y al ver a esta dama me trague mis palabras, estaba enamorado. ¿Que mas podía decir? Me había cautivado de tal manera que no sabia que hacer, no sabia como tenia que reaccionar. Por un momento pensé levantarme y caminar hacia su mesa, presentarme y platicar con ella, pero de inmediato descarte la idea, quería algo mas casual, algo que no hiciera notar mis intenciones y la haga sentir mas segura. La observaba, para ese entonces ya había olvidado en que parte de mi libro estaba, solo lo usaba como escudo para no ser descubierto.

Pidió la cuenta, pago y comenzó su retirada. No podía dejar de mirarla. La forma en la que se levantaba de la mesa y acomodaba la silla, la delicadeza con la que guardaba su libro en su bolsa, no podía evitar pensar que ella era la mujer que yo esperaba. Volteó su mirada hacia mi de tal forma que mi corazón dio un vuelco. ¿Como es posible? ¿Cuando se dio cuenta que la observaba?. Me quede atónito, no sabia que hacer, como reaccionar, ella me dio una sonrisa y salio del lugar. Olvide todo en ese momento, solo quería estar con ella, así que me pare de mi mesa y guarde mi libro de manera abrupta en mi mochila, deje un billete pagando el café que había tomado y salí tras ella. Fue cuando pase junto a la chica que estaba leyendo el libro de portada café con letras doradas, me admire al poder leer el titulo del libro... "Cuando menos lo esperas".

DarkFire
G.I.L.V


martes, 1 de noviembre de 2011

Estoy como nunca. Parte I.

"Me tienes. Y me encanta."

Beatriz Rivas/Federico Traeger. "Amores adúlteros"

Solo tengo que decir:  que comience la cacería.

“Nunca, nunca había sentido algo así. Es algo tan increíblemente extraordinario, que soy afortunada por tenerte a mi lado y poder compartir tanto contigo”. Soy Ximena y lo que acabas de leer era lo que pensaba hace algunos años de Rodrigo, quien por mucho tiempo, creí el amor de mi vida hasta que uno cae en la cuenta que el amor es tan efímero como tú.

Tengo 19 años recién cumplidos y nunca pensé que a mi tan corta edad pudiera yo hablarles acerca de lo que algunos cuantos denominan: Amor. Conocí a Rodrigo en el lugar más inusual del planeta, en el estacionamiento de una tienda departamental. Quien iba a decir que cuando a mí solo me interesaban las rebajas de verano, a él solo le iba a importar que no me fuera a caer a esa enorme coladera tamaño “tevaadolerlacaida”; mientras yo caminaba, despistada como siempre, el noto que  parecía no importarme la vida y así fue como  decidió regalarme un segundo de su existencia para salvar el  resto de la mía.

-Hey!, chica mira hacia abajo, de vez en cuando es bueno recordar el camino.

-He? De qué habla, estúpido como todos seguramente. Dije en voz baja mientras miraba el celular.

-Es enserio estas a punto de….Grito.

Corrió hacia a mí y de un empujón me salvo de la gran coladera.

-Te lo dije…

-Odio esa frase. No había necesidad de empujarme, pude haberme movido simplemente si me lo hubieras dicho.

-Con un Gracias me bastaba, pensé que apreciabas más tu vida. Suerte y buena vida

“Claro que aprecio mi vida”, pensé, pero que rayos le sucede a ese tipo, suerte y buena vida, que tipo tan mas extraño. Debo aprender a ser más precavida y no tan distraída, debo aceptarlo, casi caigo en una enorme coladera de una indefinida profundidad, vaya tipo. ¿Cuál será su nombre?, pensé enseguida y me conteste de la misma manera, porque te interesa saber su nombre. Ya dentro de la tienda, atiborrada de gente por las tan famosas rebajas, decidí mejor irme a comprar un helado y regresar otro día aunque casi podía asegurar que “otro día” significaba  ya no encontraras nada, ni que te guste ni que te quede

Saliendo de la tienda él estaba parado justo enfrente de mí y lo único inteligente que se le ocurrió decir fue:

-Sabia que regresarías a darme las gracias, me debes la vida y más todavía, pero que me pagues aceptando ir a tomar un café conmigo es más que suficiente.

-¿Qué te hace pensar que vine hasta afuera a decirte gracias y esperando una cita contigo?

-Tus ojos, tu cabello y en general tu espectacular belleza; solo eso.

-Pues la verdad, no se de que hablas. Ni soy espectacularmente bella ni quiero ir a una cita contigo, si me permites tengo que irme.

Aunque la verdad es que si, si quería ir a tomar un café con él o con cualquier otro, ya que mis planes de despilfarrar dinero se habían esfumado.  La verdad es que también moría por saber su nombre, a que se dedica y de paso si estaba en un relación o es soltero. Por alguna extraña razón este ego mío me impedía que alguien extrañamente original viniera a decirme cosas como “espectacularmente bella” .Me subí al carro y antes de meter la llave para poder arrancar, él ya estaba justo en la ventana del copiloto haciendo una seña estilo suplica con las manos. Solo pude ponerme roja tonalidad jitomate  y comenzar a reír.

Enseguida baje la ventanilla de mí amado coche rojo y le dije:

-Ok, sube. Un café y cada quien vuelve a tomar el rumbo natural de su vida.

 Él contesto.

-Un “gracias” y yo podre seguir el rumbo natural de mi vida

Subió al coche como copiloto y lo único que pude pensar es que por favor no estuviera jugando con fuego y que quien sea que me cuidaría, Dios, los ángeles o el mismísimo demonio; pusiera todo su empeño en mi para que mi acompañante de auto no fuera un loco maniático, violador, secuestrador o algo de eso que solemos escuchar todos los días en las noticias.


Este es el proyecto a largo plazo de algo que se comenzó a escribir hace poco. Los quiero y bonita tarde/noche o la hora que sea que estés leyendo esto.
Aura(:

lunes, 31 de octubre de 2011

Las crónicas de los "Bata Blanca"

En vísperas de la semana de aniversario de este proyecto que nos ha traído tanto alegrías como decepciones, tanto delicias como sinsabores, tanto divertidas convivencias entre nosotros como tripas retorcidas por el coraje. Pero, antes que otra cosa, estamos frente algo grande para nosotros, conmemorar un año de Sonreí, Pensar y Vivir.

Esta semana llega a "El rincón del Zorro" un tema que por las condiciones actuales de mi vida tengo la alegría y la desgracia de mirar día con día. Es algo en lo que quizás pocos piensan, pero que a algunos les aterra conocer, a algunos les indigna y a otros les parece muy normal. Este juicio depende de cada quien. 
¿Alguna vez has visto a un estudiante de medicina? ¿Alguna vez te has preguntado que ocurre en su vida? 
Es común escuchar el típico "No tienen vida social" y es algo completamente falso, porque como buenos humanos tendemos a exagerar y si bien el tiempo de dedicación es alto, para todo se encuentran tiempos adecuados. Incluso varios se escudan (creo que sería más justo decir "NOS ESCUDAMOS") en ese argumento para perder totalmente la cordura cuando se presenta un tiempo para descansar y convivir. Estos son relatos de las personas que en un futuro tendrán tu vida en sus manos, estas son historias de gente que antes que médicos son HUMANOS y tienen las mismas tentaciones y debilidades que todos. Estas son "Las crónicas de los Bata Blanca":


Mirando en retrospectiva, las cosas no habían salido como las había imaginado, después de todo estaba solo, sentado en un banquillo con un libro en las manos, en un lugar que al principio le pareció familiar y cada hora se hacía más ajeno. Pero no era sólo él, era todo su universo. A donde fuera que volteara veía gente fingiendo. No a todos les salía bien esa parte de fingir, algunos días el muro de mentiras se derrumbaba y la realidad devoraba todo a su paso, cosechando lágrimas, enojos, enemistades y dolor. Todos sus amigos tenían historias cruentas en los pocos meses que llevaban juntos en ese hospital, todos sin excepción. 
La mente de este muchacho era un nudo, no podía evitar pensar en los problemas de los demás y en los suyos mismos. Borracheras... si, para estos 4 meses habrán de contar unas 5, quizás más. Por lo menos las suyas, las del resto de sus amigos a las cuales no asistió deben sumar unas 12. 

Se preguntaba su todas las "fiestas" de sus amigos sería iguales a la que experimento cuando una chica que conoció en el pasillo lo invitó a su cumpleaños. Nunca había visto tanta droga en un sólo lugar, pero lo que en verdad lo hizo sentirse incomodo fue la absoluta falta de control al entregarse a la locura de sexualidad que vio allí. Nunca había considerado algo "monstruoso" ese tipo de actos orgiásticos, de hecho siempre había querido ver uno, pero no era el "qué" sino el "como". Siempre creyó que el estar consiente era necesario para arrojarte a las brazas del placer ardiente y desenfrenado del sexo y varios de los chicos que participaron de esa fiesta parecía más anestesiados que entregados a la búsqueda el paraíso. "No es que el sexo sea malo, pero pensaba que la finalidad era que se disfrutara, no que uno abusara del drogado" concluyo al salir de esa reunión y luchó por olvidar el tema.

Miró por la puerta y vio a sus compañeros cruzar el pasillo. Era casi una ilusión verlos pasar con ese aire de seriedad y de importancia que les daba esa bata blanca sabiendo lo que sabia de ellos. Locuras de fin de semana, aventuras con de una noche, arrumacos con los residentes dentro del propio hospital, y miles de historias más que se cuchichean por los pasillos. De lo que estaba seguro es de que jamás vería de la misma manera a varios de sus compañeros después de saber eso, y es comprensible, nadie miraría de la misma forma a alguien que... bueno, se lo imaginan.

Salió de consultorio con una tormenta en la mente y las cosas no mejorarían. El huracán terminó de arrasar su mente cuando el familiar de su paciente se deshizo en llanto enfrente de el. ¿Qué se supone que podía hacer por la madre de esa chica que lloraba inconsolable? La señora tenía una condena de muerte, riñones inservibles, un paro cardiorespiratorio el día previo (fue resucitada en terapia intensiva), una Diabetes Mellitus 2 de más de 20 años de evolución y 82 años a cuestas. En verdad no podía hacer mucho con los recursos que tenía el hospital, dudo que con los recursos de cualquier otro, aun así le fue recriminada la propia vida de una dama que defendió con la más ferviente pasión y entendimiento que su mente ofrecía. Sin embargo no fue suficiente y unas horas antes la señora murió. Nada le hubiera gustado más que olvidar todo y llorar con la damita la perdida de su madre, pero la helada realidad le imponía ser cortante y "realista" pero se preguntaba con todas sus fuerzas "Acaso ¿no es real el dolor de esta señora?" 

Llegar a casa no fue nada mejor, encontrarse con alguien enfermo, con alguien de su propia familia, y lo único que era capaz de hacer era recomendar al especialista adecuado para estudiar el caso porque adivina amiguito...no tienes ni título para poder recetar algo. Frustrado y con más ganas de apagarse que de seguir adelante, recordó una cartita que se había escrito durante un tiempo muy duro, donde nadie creía en el. La sacó de su cartera y leyó:

"La vida tiene sentido cuando de tu esfuerzo cosechas la sonrisa y la gratitud de tus hermanos"

Al día siguiente se levantó temprano, como solía hacerlo, repitió las palabras  mientras estaba sentado en la cama y se lanzó a esa guerra diaria que llamaba servicio para intentar con toda su alma cosechar la sonrisa y la gratitud que le devolvieran el sentido a su vida... Se levantó despacio mientras su labios dibujaban una sonrisa.

Semana 3.21: Caceria Libre

Hey!!!!

      Comenzamos otra semanita, ya falta poco para el gran aniversario de este fabuloso blog, ya casi un año, es genial no creen? no podíamos llegar a tanto sin ustedes y gracias a las magnificas publicaciones que nuestros cazadores hacen y nos deleitan todos los días.


     El tema en cuestión será a criterio de cada cazador. Sí señores, señoritas, jóvenes, niños y toda aquella persona  fiel que nos lee todos los días ( o se topan con este blog gracias a algún buscador ) tenemos semana de... ¡Cacería Libre! 


    No dejen de visitarnos y por ningún motivo olviden dejar sus comentarios, sugerencias, criticas, mentadas, en fin.. lo que sea, que nos ayude a  mejorar será bien recibido y lo que no..quizá nos divierta.


Excelente inicio de semana!!!!