viernes, 20 de septiembre de 2013

Un último...adiós.

 Me sumergí en mis pensamientos, en aquellas ideas que se formaban en mi cabeza, en esas pequeñas diferencias que ahora presentabas. Manejaba mi auto pensando en ti y no era algo que me extrañara, simplemente que en esta ocasión te sentía más dentro de mi mente que antes. Hoy tu habitual insistencia de que me quedara  contigo no se presento al escuchar que partiría por un momento, que estaría lejos de ti por unos minutos o tal vez horas. El cansancio estaba presente en todo tu cuerpo, fue algo que pude ver con tanta facilidad y la expresión de tus ojos era distinta ¿Era acaso cansancio, coraje, enojo o tal vez soledad? ¡No! Me parece que era madurez, que era entendimiento. Se que entendías que tenía que salir, que era necesario que yo hiciera esto y ahora mismo sonrió como idiota al recordarlo.

Pasando las calles con tranquilidad, contemplo aquella hermosa ciudad que tanto me fascina. El sonido de mi celular me distrae por un momento, reduzco la velocidad hasta detenerme en un lugar seguro y leer el mensaje que acabo de recibir. La sonrisa en mi rostro se intensifica al descubrir que mis pensamientos te han invocado y leer “Vuelve pronto. Comencé a extrañarte justo antes de que te fueras.”, pensé en contestarte pero creí que lo mejor sería darme prisa y terminar con estos asuntos que me hicieron marchar de tu lado. Manejé con un poco más de velocidad pues ansiaba estar contigo, regresar a tu cálido lado y no dejarte ir nunca. La felicidad me invadió y de ninguna manera la vida me había preparado para lo que venía.

Un sonido ensordecedor me invadió por completo y una terrible oscuridad se poso en mis ojos ¿Dónde estaba? ¿Qué estaba pasando? ¿Cómo había llegado aquí? Había tanta confusión y en medio de aquel siniestro paisaje se escucho un llanto cargado de tanta pena. Eras tú quien lloraba ¿Dónde estabas? No lo sabía y solo pude escucharte llorar y decir con voz entrecortada “¿Por qué?” y enseguida  mi nombre una y otra vez, al principio en voz baja para después decirlo en un grito desesperado de dolor y agonía. Quería decirte que todo estaba bien, que yo estaba aquí pero las palabras se ahogaban en mi boca y el corazón se me rompió en mil pedazos y lloré.

Abrí los ojos reconociendo mi espacio y tiempo, esta era mi realidad, la que yo conocía, una cruel y horrible realidad. Había salido de mi estado de inconsciencia y lo primero que vieron mis ojos fue el caos a mi alrededor. En cuestión de segundos recordé lo que acababa de pasar, el conductor que me impacto a una alta velocidad y yo sin poder hacer nada. Voltee a mi izquierda y pude ver el auto destrozado de aquel sujeto y este inconsciente dentro de el. Vi a detalle los vidrios rotos que se incrustaron en todo mi cuerpo y la sangre dominaba toda la escena ¿De donde salió tanta sangre? Esto no podía ser bueno en ningún aspecto. En ese instante el dolor de mis múltiples heridas se incremento considerablemente. No podía moverme, tenía todo roto y el dolor era insoportable. Pedí ayuda, gritaba de dolor y para que alguien acudiera a ayudarme pero estaba todo desierto, no había nadie ¿Es que nadie me rescataría? Tenía miedo y sentía que ya no podía resistir más.

En un último recurso pose mis esperanzas en ti, grite tu nombre una y otra vez, pese al dolor que sentía, pese a la distancia que nos separaba, pese a que sabía que ya nada se podía hacer. Tú, que siempre me protegías y cuidabas debías acudir a mí. Grite lo más fuerte que pude tu nombre ¿Dónde estabas? Estaba muriendo y tú, a quien yo consideraba mi héroe no vendrías a rescatarme de los fríos brazos de la muerte que comenzaban a atraerme. Pero que yo te considerara de ese modo no significaba que en verdad tuvieras superpoderes o que fueras un héroe ¿Cierto?

Grité de agonía, de dolor, de miedo y desesperación. Grité hasta que mi garganta se desgarro por completo y el dolor no ceso, al contrario se incremento con cada latido de mi corazón. Lloré y la sangre se acumulo en mi boca derramándose por la comisura de mis labios, pero aún así, no deje de gritar por ti, de llamarte ¿Dónde estabas para tomar mi mano y llevarte mi temor?

Estaba muriendo y no volvería a verte, aquel “Vuelve pronto” que escribiste para mí no podría cumplirlo. Te imagine con el corazón destrozado ¿Te desgarrarías el alma llorando hasta que tus lágrimas se acabaran o hasta que lloraras lágrimas de sangre? Tome aquel collar que me habías dado, ahora cubierto de sangre y recordé la promesa que te hice cuando me lo diste “Siempre estaré junto a ti. Moriré con esto.”, lloré y grité aún más fuerte tu nombre ¿Podrías llegar a perdonarme? ¿Me odiarías? Lo correcto fue dedicarte mi vida entera y la más hermosa respuesta a eso fue que tú me dedicaras la tuya, pero la vida hoy me obliga a dejarte ir ¿Serias capaz tu de dejarme ir a mi o te aferrarías fervientemente a algo que no puede ser? ¿Por qué podía causarte dolor y no consolarte? Quería decirte “Deja que me vaya, no llores por mí.” Pero no era posible.

Aun tengo miedo y solo quiero abrazarte. Mi vista se comienza a nublar, siento un frio estremecedor recorriendo todo mi cuerpo, no paró de llorar,  parece que ha llegado el final. Mis gritos comienzan a ahogarse en mi garganta destrozada, ya no puedo oírlos más, ni los verdaderos ni los que se escuchaban en mi mente, “Te amo” quiero decirte, pero ya no puedo, así que solo lo pienso esperando lo sepas sin siquiera mencionarlo, pues es solo a ti a quien le dedico…un último aliento, un último suspiro, un último pensamiento, una última lágrima de dolor y un último latido…de mi roto corazón…



Bathory Ø.

jueves, 19 de septiembre de 2013

DESPERTÉ

Había dos personas. Una era yo, y la otra ella. Nos conocimos, como muchas cosas en esta vida, por casualidad. 
Me las arreglé para conseguir hablarle y entablar una conversación. Después de la primera vinieron muchas más. Largas y fluidas charlas eran las que manteníamos a través de mensajes, pues no nos veíamos mucho. Aun así en esas pláticas a veces yo detectaba cariño. Ella era una persona muy agradable, especial. Sin embargo...
Ella tenia planes a futuro muy visionarios, quería irse a estudiar a Roma, viajar por el mundo, estudiar Turismo y tener su propia empresa. No eran sueños locos y en vano, Estaba estudiando muy duro para conseguirlo. Ella quería bailar en su boda... Yo tenia dos pies izquierdos.
Mientras ella tenia claro su futuro, el mío estaba lleno de neblina y esperando que eligiese un camino.
Así que después de varios meses de charlas que goce tanto... Esa chispa de cariño se fue apagando, sin habernos dado la oportunidad de crear fuego.
Los meses pasaron y fueron cada vez menos constantes los mensajes. Pasaron un par de años... Y ya no sabia nada de ella. Una parte de mi quería hablarle, pero ganaba siempre la que me decía que no tenia futuro con ella.
Recuerdo que pensé... Aunque ahora tuviera la suerte de que me aceptará como su novio... No tendríamos tiempo para estar juntos. Ella estudia mucho, trabajara y se ira del país. Mientras que yo me quedaré escribiendo con sangre las letras de la soledad. Simplemente solo la haría infeliz, o tal vez solo seria un obstáculo en su camino por conseguir sus sueños. Es mejor así.
Resignado, deje pasar el tiempo.


Y Entonces una noche de Abril, sentada en una pequeña banca bajo la tenue luz de un farol en un extraño parque, la volví a ver. La encontré. O tal vez ella me encontró a mi. Me acerque y me miro, su expresión lo decía todo, la mía debía ser la misma. Nos habíamos extrañado. Un mutuo acuerdo con tan solo una mirada. No importaba nada más que lo que sentía por ella. No iba a volver a dejarla ir. Me senté a su lado y por primera vez después de muchos años me sentí realmente feliz, sin ningún vacío en mi corazón. Tomé su mano, cerré los ojos y la bese...fue justo en ese momento... En que volví a la realidad.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Primera Cita - DarkFire


Hace ya meses que no me paseo por este lugar para dejar un escrito mio. Una Disculpa.
Así que no los haré esperar más y les dejaré uno de mis escritos, que espero sea de su agrado.

Fue un día tranquilo, dentro de lo que cabe, terminé los pendientes del día y me preparé para salir a encontrarme contigo, tanto tiempo sin poder verte, que ese día era especial, un día muy esperado por los dos.


Me encontraba de camino y ya estaba por llegar, pero como a un adolescente, ocurrió ese temido instante. El momento en el que llegan los nervios de la primera cita... Ese momento en el que mi cabeza da vueltas, en el que mis manos sudan, en el que una sensación extraña recorre mi cuerpo de una manera incontrolable; Y así llegué al lugar.

Te esperé en donde acordamos... El mismo lugar donde comenzamos nuestra aventura. Veía pasar a la gente, los autos, tantas personas que jamás entenderían lo que estaría por suceder.  Fue entonces cuando te vi, al otro lado de la calle, parada en la esquina, mirándome, con una sonrisa sin igual.

Cruzaste esa calle de forma tranquila, pero nerviosa, podía notar que los nervios te invadían igual o más que a mi. Salí a tu encuentro y cuando al fin estuvimos de frente, tan cerca, que podía ver mi reflejo en tus ojos, tu sonrisa me llevó a un nivel que ni yo mismo imaginé que pudiera existir, Provocaste que al instante mi cuerpo se tranquilizara. Fue entonces que me diste un beso en la mejilla y dijiste...

- ¿Nos vamos?
- Claro, vamos.

Tomaste mi mano, te recargaste en mi hombro, y mientras caminamos cerraste los ojos, esbozaste una tierna sonrisa y dijiste "Te quiero".

G.I.L.V - DarkFire

domingo, 15 de septiembre de 2013

Pues muy buenas noches a todos los lectores de este agradable blog. Ahora les compartiré un pequeño, pero muy querido escrito que existe con ayuda de una gran persona, y escritora amiga mía: Yoselin, porque en ocasiones necesitas un complemento, y ella lo ha sido en muchas a ocasiones en mis escritos, nuestros escritos...






 Me has de llevar.

Tocas con rudeza cada parte de mí, me llevas contigo, me atraes... tomas mi cuerpo, y me alejas de todo. Inmenso. Y tratarás de mantenerme cerca, enlazando y abrazando mi ser. Hermoso y cruel. Embellecedoras caricias recorren todo mi cuerpo, bruscas y sin sentido, pero soportables como para anhelarlas un poco. La dirección no importa mucho, solo déjame divagar... déjame sentirme más atraída hacía ti... lo sé es contradictorio.. solo se que no querrás separarte de mí. Caigo en esa profundidad de la que estas constituido, dejo de luchar y me dejó guiar por tus abrazos.

5:15 Tema libre

Esta semana en cazadores es semana de tema libre. Veamos que maravillosas historias nos comparten los cazadores para esta semana. No se olviden de comentar ;)

Bathory Ø.