domingo, 19 de febrero de 2012

Yo te amo todos los días del año...

Hola una vez más a todos, en esta ocasión el tema a tratar es el día de san Valentín,  un día normal, especial, cursi, importante, nefasto,  en fin,  esto dependiendo de la perspectiva de cada persona,  no   escribiré que es  un día lleno de publicidad y que se ha convertido en un simple negocio, quizá hasta cierto punto sea cierto, pero lo importante de este día y de todos los demás es  la esencia de dicho festejo, el amor,  cuando  amas a alguien quieres regalar  el cielo con todas las estrellas y si se puede hasta la luna,   ya sea  día de San Valentín o cualquier otro,  hay que ser más humildes, no  ser tan obsesivos  con  lo que las demás personas hacen o dejan de hacer, disfrutarlo junto a las personas que realmente  se   aman, después de todo así  va  a ser siempre, ese día jamás va a cambiar,  siempre  será el día más cursi  y empalagoso de todo el año,  además siendo sinceros, ¿Hay alguien que  realmente se molestaría  si  le dan un detalle el 14 de febrero?,  a lo mejor hay  quienes sí, pero a la mayoría nos sacarían una gran sonrisa aunque ese detalle  no sea costoso,  una carta,  una rosa, un te quiero, con eso basta y sobra para hacer de ese día algo  muy especial, y sí, no lo niego, que estos detalles siempre son mejores cuando es un día común y corriente, por que ¡obvio que es mejor sí te aman y amas todos los días del año!  ¡eso que ni que!.   Bueno, aprovechando este tema, les dejo algo que escribí hace algún tiempo, precisamente  era 14 de febrero,  espero les guste, nos vemos la siguiente semana. Bye

Ámame, junta tus labios a los míos,
 llena mi cuerpo con tus caricias, 
abrázame y no me dejes nunca, 
apoderate de mi ser, 
has que mi espíritu deje de vagar
por la desesperación de no saberte mio,
roza tu piel con la mía, 
impregna con tu aroma mi rizada cabellera. 
Se que solo escuchare nuestro respirar
agitados por amarnos
y ansioso por volver a amarme, 
por tus poros entrara mi recuerdo 
y  la infame locura hará que mueras 
y resucites una y otra vez, 
yaceré ahí entre tus brazos, 
pedirás vivir alejado de toda razón y cordura
solo para amarme a mi, 
y por fin mi alma dejara de vagar 
por las noches como lo hacen los pájaros 
que huyen de la luna y yo estaré 
aquí esperándote, suave y delicada, 
apasiona y sedienta, y beberé
con desesperación el dulce vino 
que con tus palabras emanas, 
seré tuya toda la vida,
si así tu alma lo desea, 
viviré   guiada por tu amor, 
y  en las noches cuando los pájaros canten 
y el sol deslumbre mis pupilas 
me encontrare tejiendo una túnica, 
la más fina, para que en las noches 
en las que nos amemos, proteja tu piel y la mía, 
sentiremos su suave textura 
envolver nuestros cuerpos, 
ya húmedos, cansados y 
ansiosos por volver a amarnos.