Había dos personas. Una era yo, y la otra ella. Nos conocimos, como muchas cosas en esta vida, por casualidad.
Me las arreglé para conseguir hablarle y entablar una conversación. Después de la primera vinieron muchas más. Largas y fluidas charlas eran las que manteníamos a través de mensajes, pues no nos veíamos mucho. Aun así en esas pláticas a veces yo detectaba cariño. Ella era una persona muy agradable, especial. Sin embargo...
Ella tenia planes a futuro muy visionarios, quería irse a estudiar a Roma, viajar por el mundo, estudiar Turismo y tener su propia empresa. No eran sueños locos y en vano, Estaba estudiando muy duro para conseguirlo. Ella quería bailar en su boda... Yo tenia dos pies izquierdos.
Mientras ella tenia claro su futuro, el mío estaba lleno de neblina y esperando que eligiese un camino.
Así que después de varios meses de charlas que goce tanto... Esa chispa de cariño se fue apagando, sin habernos dado la oportunidad de crear fuego.
Los meses pasaron y fueron cada vez menos constantes los mensajes. Pasaron un par de años... Y ya no sabia nada de ella. Una parte de mi quería hablarle, pero ganaba siempre la que me decía que no tenia futuro con ella.
Recuerdo que pensé... Aunque ahora tuviera la suerte de que me aceptará como su novio... No tendríamos tiempo para estar juntos. Ella estudia mucho, trabajara y se ira del país. Mientras que yo me quedaré escribiendo con sangre las letras de la soledad. Simplemente solo la haría infeliz, o tal vez solo seria un obstáculo en su camino por conseguir sus sueños. Es mejor así.
Resignado, deje pasar el tiempo.
Y Entonces una noche de Abril, sentada en una pequeña banca bajo la tenue luz de un farol en un extraño parque, la volví a ver. La encontré. O tal vez ella me encontró a mi. Me acerque y me miro, su expresión lo decía todo, la mía debía ser la misma. Nos habíamos extrañado. Un mutuo acuerdo con tan solo una mirada. No importaba nada más que lo que sentía por ella. No iba a volver a dejarla ir. Me senté a su lado y por primera vez después de muchos años me sentí realmente feliz, sin ningún vacío en mi corazón. Tomé su mano, cerré los ojos y la bese...fue justo en ese momento... En que volví a la realidad.
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