viernes, 18 de febrero de 2011

Carta

¡Hola lectores! Como sabrán cambie de lugar con Marioneta asi que me tocan los viernes...
Publiqué un poco tarde debido  a que se me fue la onda de que me taba este viernes. Perdón por la espera, sé que seguramente habrán esperado mucho mi publicación. (Sostiene un gran letrero que dice "sarcasmo")
Lo que quiero dejarles es un escrito que hice precisamente el dia del amor y de la amistad. Que no tiene nada que ver con el dia mas que la fecha de creación.
Y solo una cosa mas que decir: A quien le quede el saco que se lo ponga. 
Saludos y que tengan una excelente noche.

" Regresar. ¿A dónde si no hay ya lugar para mí? Lo termine quitando con palabras que solo pocos tienen el valor de pronunciar. Más no quiero volver, simplemente extraño esos acogedores brazos que se abrían ante mí todos los días. Eso es lo que quiero. Eso es lo que extraño.
Nunca me acostumbre a estar solo. Es un tanto… ¿cómo decirlo? Solitario. Sé que hice mal, y lo siento. Tal vez debería enviarte una carta para que sepas que todavía me importas… tal vez si, tal vez no. Tal vez plasme hoy tu nombre en mi almohada repleta de notas saladas.
Aquí es donde entra mi subconsciente todas las noches como siempre. Míralo, ahí sentado esperando a que me duerma para golpearme con tus recuerdos. Para enseñarme que la verdad no es tan real como yo la creo.
Simplemente  esperando. Ese tonto que tiene tantas ganas de regresar a tus brazos, que duerme todas las noches abrazado de sí mismo. En busca de algo mas, de alguien más. Que sustituya el calor que existe en donde el cuerpo es bienvenido.
Ya no lo entiendo. Ya no lo sueño. Simplemente lo respiro. Respiro cada uno de tus recuerdos. Cada pelea, cada lágrima incesante tuya que me olía a dolor. Cada te amo en donde sabía que al decirte “yo también” solo fingía.
No te extraño, extraño tus brazos.
No te quiero. Quiero tus labios.
Me gusta pensar en ellos durante las noches. Esas incontables noches en las que la belleza platinada se torna melancólica para arrullarme con su canción de cuna. Buscabas un hombre perfecto, sin embargo yo no lo era. Nunca lo seré.
Ahora me doy cuenta de cuan equivocado estaba al pensar que te amé. Necesitaba un consuelo y ¡oh sorpresa! Apareciste tú.
Esta noche, quiero pedirte perdón, porque al parecer, terminé engañándonos. "

Aster.

No hay comentarios:

Publicar un comentario