sábado, 3 de marzo de 2012

Mi Molly

Durante mi infancia crecí con la inquietud e inseguridad que a esa edad no es común que un niño tenga acerca de la amistad, el  ser aceptados y queridos tal y como eres es un gran reto  algunas veces imposible para el ser humano, ¿pero que hay de los demás seres vivos?, ¿que es capaz de ofrecer el alma de un animal?, quizá no posee la capacidad de razonar, pero el gran potencial de dar afecto y amor rebasa incluso los limites que las personas llegamos a marcar en nuestras actividades, el don de los animales del que le hablo, lo conocí cuando llego mi Molly, una Boxer preciosa, con unos ojos grandes capaces de conquistar a cualquier persona, una mascota fiel, divertida, desastrosa, inquieta, dócil, tímida, enojona, pero sobre todo el alma mas inocente y noble.  La mayoría de las personas vienen y van, sin dirección sin decidir tiempos ni lugares, de pronto están contigo y en un abrir y cerrar de ojos te dan la espalda, eso es algo que definitivamente nunca haría mi Molly, hablando en general, las mascotas, porque para ellos somos lo único que tienen los que las amamos, alimentamos y protegemos, son tan capaces de sentir a través de una caricia lo que significan para nosotros, que nos recompensan con su fidelidad a cada instante, incluso cuando llegamos a ignorarlos. ellos van y te buscan insistentemente hasta que logran percibir un pequeño detalle de amor para ellos.
Hay veces que me he llegado a sentir sola y triste, como a todos quizá nos ha llegado a pasar ¿cierto?, pero de pronto en el momento menos esperado llega ella, con esa ternura infinita que sus jadeos me ofrecen y entonces lo que parecía soledad se convierte en una maravillosa escena de amistad y compañerismo. ¿Que si amo a mi Molly? ¡claro que la amo¡, amo dormir y sentir su calor en mis pies amo llegar de la escuela y que al recibirme con su euforia ensucie todo mi uniforme, amo sus travesuras, amo escuchar sus ladridos y saber que hay sigue, adoro y quiero tenerla conmigo hasta el ultimo día de mi vida o de la suya, y como lo dije cuando la recuperé después de tres días de haberla perdido, Molly y yo hasta que la muerte nos separe.

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