¿Les cuento un secreto?
No sé que es el primer amor.
Cada vez que me enamoro es diferente, es nuevo. Es decir, cada relación es un “Primer amor” para mí, por así decirlo. Obviamente el cliché que tiene como prototipo la sociedad, es el de “La primera persona de la que te enamoraste” pero pues en mi caso, no lo recuerdo con exactitud.
Se podría decir que mi primer amor fue mi perrita (Anexa, una foto de ella). Se llama Macaria, y tiene 11 años. Ha sido mi compañera desde mi infancia, y es mi vida. Ese fue mi primer amor. Ahora bien, tengo una historia muy buena, pero muy larga sobre la primera vez que me enamoré profundamente de un humano. Fue por… tercer semestre de prepa. No diré nombres para no balconear a nadie, pero si hay algo cercano al primer amor en mi vida, es ella.
¿Alguna vez les ha pasado que besan sin sentido, moviendo labios a lo estúpido y solo por la lujuria de juntarlos, hasta que llega alguien y les enseña lo que es el primer beso? Bueno, pues a mí me pasó. Antes de ella, había dado tantos besos que había perdido la cuenta. Pero no fue sino hasta que un día ella me mostro lo que es saber que el tiempo se detiene, que nada importa, que la profundidad de unos labios puede lograr hacer que tu corazón lata como si hubieras corrido 3 kilómetros.
La relación no duró mucho, pero pues el tiempo es trivial. Sin embargo dejó una gran marca en mi vida. Dure mucho tiempo lastimado, deprimido y cosas por el estilo. Hasta que decidí salir de eso y aceptar que nunca iba a regresar como yo la quería. Ahora tenemos una excelente amistad, y todos los recuerdos de nuestra relación quedaron en solo eso. Recuerdos. (De esos que cuando pasan por tu mente te hacen sonreír)
Cierto día, después de mucho tiempo, me preguntaron si aún la quería. Respondí que sí, pero me di cuenta que ya no la quería como antes. Ese querer cambió, al igual que mi corazón. Como dije, ahora es una excelente amiga, y después de nuestra relación no he vuelto a pensar en ella como pareja.
Después de ella entendí lo que es querer de verdad, vino otra persona. No fue exactamente el clavo que saca a otro clavo, pero pues (Sonara mala onda pero es verdad) fue una de esas relaciones en las cuales nada es tanto como se pretende ser. Si me entienden, ¿no? Una de esas relaciones en las que dices “Te quiero” nada más por decirlo. Aunque la duración fue larga, nunca llegue a profundizar con ella lo suficiente como para llegar a quererla de verdad. No éramos tal para cual. En fin, a finales de la relación, llegó otra persona. Se podría decir que amor a primera vista, pero fue algo mas como a… sexta vista. No me quería dar cuenta, de hecho decía para mis adentros que no podía estar enamorado de ella, hasta que ¡CHAZ! Caí. Y pues bueno, dicen que se necesitan 6 meses para enamorarse de verdad. Los pasé. Ella es una de esas personas que te enseñan lo que es enamorarse de verdad, y no mamadas.
De hecho les contaré otro pequeño secreto: No había estado tan apendejado (Perdonen la palabra) en mi vida como lo estoy ahora. Y pues ¿conocen esa sensación de que puedes llegar a hacer todo con tal de estar con ella? Algo así me pasa. Y si el primer amor es la primera persona de la cual te enamoras tanto que ya no sabes ni qué onda con tu vida, ella es lo más cercano a ello. Es una historia muy graciosa la que pasé con ella, tal vez la cuente en algún tema libre o algo así. Pero en fin, “Olvidé todo y a partir de ella volví a comenzar” como dice cierta canción cursi cuyo nombre me niego a decir.
En conclusión, para mí, no existe el primer amor. No es algo a lo que se le pueda poner etiquetas como de “Este es mi primer amor, este es mi segundo” así como se las pones a los frascos de conservas.
Simplemente es Amor y punto. No se etiqueta, no se entiende. No hay un primero, ni un último (A mi parecer)
Sigan bellos gente, y otra vez: Gracias por leer.
Se despide: Richo
PD: Sé que se acostumbraron a mis cuentos en las entradas que hago, pero decidí opinar sobre este tema, ya que bueno: Soy bien cursi, y si no me creen, pregúntenle a las personas que me conocen. ¡Au revoir!
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