jueves, 20 de junio de 2013

VENGANZA O FINAL INESPERADO

La siguiente es una historia que espero los ponga a pensar en que harían ustedes en el caso de Ted, ustedes deciden el final, en una historia puede haber finales infinitos, algunos, los que sientan la ira y el coraje de Ted, tal vez optaran por terminar lo que había planeado y sin importar nada, cobrar venganza. A algunos otros, les ganara el remordimiento, a otros los enloquecerá tanto haber sido segados con tanta ira, que terminaran suicidándose. Los dejo a su criterio, ustedes son Tod en esta historia, hoy ustedes, lectores, terminan la historia: Venganza, perdón, o un final inesperado.

La venganza casi siempre va en busca de justicia. Algunos la ven como una cosa muy deplorable. Pero Ted  la veía como una forma de hacer lo que él consideraba justo. Aunque muchas veces terminé por ser injusta con otras personas. Ese es el problema de la venganza, solo te satisfaces a ti mismo. Les voy a contar la trágica historia de Ted:

Todo comenzó cuando un hombre llamado Benjamín asesino a sangre fría a la hija de Ted: Annabeth. Fue una noche, en la que ella salió tarde de su trabajo, desconozco las razones del porque salió tan tarde, pero fue por ello que fue a parar en el lugar y momento equivocado. Benjamín  era un hombre desesperado, meses antes había sido desempleado, y tenía una familia que mantener, aunque esa no era su principal razón para robar, podrías describir a Benjamín como el típico machista y mujeriego  de barrio. De una u otra forma, parte de lo que robaba estaba destinada a su familia, aunque eso no le impedía darse algunos “lujos”  de compañía. Esa noche Benjamín ya había robado suficiente, de hecho, iba camino a casa, cuando el típico sonido de tacones en el pavimento despertó su curiosidad. Encontró a una chica que caminaba deprisa… y decidió hacer el último robo de la noche. Después de unas calles ella se dio cuenta de que la seguían, y se asusto tanto que termino por echarse a correr. Mala idea. Benjamín tenía experiencia en eso, y no tardo en acorralarla en un callejón vacio. Al principio solo iba a quitarle la bolsa, pero después se dio cuenta de que la chica era hermosa… justo como a el le gustaban… el muy cerdo no pudo reprimir su apetito sexual. Annabeth grito, forcejeo y siguió gritando. Le propino un porrazo en la cara a Benjamín tan fuerte, que este perdió la cabeza y saco su cuchillo. Annabeth no cedió  y… Benjamín le quito la vida aquella noche. Aquel suceso fue grabado por la cámara de seguridad de una tienda cercana. Como muchos robos y asesinatos, este paso desapercibido para aquellos que se hacían llamar la “justicia”.  Pero no para el padre de Annabeth, Ted, quien amaba a su hija demasiado. El primer mes quedo desecho, y cuando se entero que un amigo suyo tenía la grabación del video del asesinato de su hija, corrió a verlo. Algunas veces las coincidencias no son del todo favorables. Fue una coincidencia que el dueño de la tienda que había grabado el video fuera Fred, un viejo amigo de Ted. Así que cuando Ted vio el video, solo había una cosa en su cabeza; ya no era dolor, tristeza ni resignamiento, Ted busco sustituir el dolor con una sola cosa: Venganza.  Durante los siguientes meses se dedico a buscar a aquel hombre, día y noche investigo donde podía encontrarlo, descuido su trabajo, incluso la poca familia que le quedaba. Y, como la mayoría de las búsquedas incesantes y llenas de afán…lo encontró. Esa noche se dirigió a la casa de Benjamín con un objetivo, asesinarlo. Ted llego a media noche a aquel recinto. Espió por la ventana de aquella deplorable casa, pero no vio ningún hombre, solo a una mujer. No tuvo que esperar mucho tiempo mas, Benjamín llego a su casa media hora después. Enloquecido por la ira y sed de venganza, a Ted le basto con verlo para abalanzarse sobre él, Benjamín estaba desprevenido así que Ted tenía ventaja, le propino una serie de puñetazos, y ya en el suelo, lo pateaba con gran frenesí.  Benjamín gritaba, lloraba y pedía piedad. Ted lo obligo a confesar que había sido él quien había matado a su hija. Benjamín le pidió perdón una u otra vez, aunque ciertamente mas por miedo que por sentirlo de verdad. Ted saco su cuchillo, y cuando se disponía a terminar con la vida de aquel miserable hombre, se escucho un grito proveniente de la casa de Benjamín. Era su esposa, que, llena de lágrimas, observaba la escena desde la puerta. A Ted le incomodo un poco que la esposa de aquel hombre fuera testigo de aquel asesinato, pero la ira era muy grande. Alzo el cuchillo, y, antes de asestar el golpe final, se escucho un grito diferente… Ted no pudo evitar mirar; y lo que vio le partió el alma… lo que quedaba de ella. Era una niña de poco menos de 7 años, con una tierna mirada, ella también lloraba. La ternura de aquella niña hizo que la ira de Ted debatiera con su corazón. Allí, en el suelo, estaba el hombre que había asesinado a su hija… pero también allí, estaba la hija de aquel hombre, tierna, inocente…


Entonces, Ted tomo el cuchillo y…

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