lunes, 6 de febrero de 2012

Reflexiones de un día nublado

Si, si, de nuevo con ustedes, esto es el Rincón de Zorro. 

La gente no cambia... es decir, lo unico inmutable de este universo es la certeza de que todo cambia, de que todo está sujeto a un proceso de movimiento y reinvención que de una u otra manera le da sentido e impulso a cada cosa existente pero... La naturaleza humana parece tan desafiante... parece que estamos hechos para desafiar lo que es ley para el resto de la materia. Parafraseando a "Jack London" en "White Fang": "Como ocurre con todo lo vivo, las mismas variables en el mismo ambiente no producen los mismos resultados".

Hoy escuche una frase que rezaba "los  tiempos cambian" y eso es innegable, pero el que el tiempo cambie es completamente independiente de que las personas cambien a la par de tiempo. Y quiero compartir que yo sigo siendo el muchacho mezquino, traicionero y jodidamente vanidoso que fui en mis años de secundaria y vocacional. Lo acepto y no puedo negarlo, no puedo simplemente echar de lado una parte de mi naturaleza. Regularmente me asaltan los mismos sentimientos, las mismas pasiones que me dominaron durante esa etapa de mi vida y no me hacen sentir bien, porque si bien mi naturaleza no ha cambiado, mis objetivos si, y para poder cumplirlos es necesario que modifique o por lo menos reprima mi naturaleza el tiempo y la forma en que sea necesario. Hace tiempo descubrí que podía combatir mi naturaleza y unirme al resto del universo en esa parábola de cambio constante, pero los esfuerzos que se requieren para ponerse a la par son inmensos. El tiempo tuve sin actividad académica me dio una enorme lección, me enseño que era lo que tenía que modificar para lograr lo que quisiera, que secciones de mi naturaleza eran parte de mi YO sombrío, parte de ese lastre que no me dejaba avanzar y me engañaba con felicidad vacía y llena de cosas fáciles. Fue entonces cuando me arrepentí de haber desperdiciado el tiempo, las oportunidades pero sobre todo a las PERSONAS que alejé con mi actitud, con mis errores. Por sobre todo, lamento haber hecho el daño que hice escudado tras mi egocentrismo. Me gustaría pedir perdón a cada una de las personas que afecté, pero sería mejor darles las gracias, ya que las injurias que les hice me lastiman pero me impulsan a desafiar mi propia naturaleza humana y a esforzarme por cambiar, por ser mejor, por ser lo que yo mismo espero de mi, porque una vez analizada mi forma de ser, los resultados fueron atroces. No era ni remotamente lo que mi familia, lo que la gente que quiero se merecía. 

Hoy se y declaro que seré el mismo siempre, pero también que cada día estoy mejor preparado para inhibir las partes de mi naturaleza que no me dejan crecer. Es verdad que la gente no cambia, pero no puedes culparme por poner todo mi esfuerzo en intentar ser mejor.


Auf Wiedersehen

Zorro

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