viernes, 21 de octubre de 2011

ENSUEÑO

“No sé cuando me enamore de ti, pero ahí estaba...el amor más imposible del mundo”
JOELA C.

Recuerdo la primera vez que te vi desde un principio me robaste el corazón, sólo  basto una mirada para saber que te amaba como jamás creí poder hacerlo. Todo comenzó con un hola, luego siguió una charla muy amena entre tú y yo donde descubrimos tantas cosas en común que el pronto vernos a diario hizo que entabláramos una gran amistad, o al menos eso creía pues entre más tiempo pasaba a tu lado más me enamoraba, aunque sólo fueran minutos los que estuviera contigo no dejaba de pensar en ti, entonces me animé a confesarte lo que sentía por ti pero cuando lo intente era ya muy tarde, tenias una relación con aquella chica simpática, linda y divertida, lo que cualquier chico puede desear cómo competir con eso…
El tiempo siguió su curso mientras tú sin quererlo me clavabas agujas en el corazón al contarme todo lo que sucedía entre tu novia y tú, pero qué más daba si era tu mejor amiga  y aunque me doliera el corazón escucharte me consolaba la idea de que fueras muy feliz con ella.
Recuerdo el día que te fuiste de pinta con ella pues ahí comienza esta historia, me dijiste que me verías al día siguiente para contarme todo y ponerte al corriente con tus pendientes, como siempre prepare los apuntes, las botanas, las películas pues al final nunca terminábamos haciendo lo que se había pactado. Como siempre llegaste tarde (ya no me sorprendía) pero en cuanto vi tu semblante  supe que algo terrible te había sucedido sólo me abrazaste y comenzaste a llorar porque tu ex-novia te había engañado, me contaste cómo había sucedido y las cosas tan feas que te había dicho -“Muy simple para mí, busco algo mejor” (En ese momento me dieron ganas de golpearla), continuaste relatando todo lo sucedido y mejor decidí sacarte de ahí necesitabas animarte, distraerte (al menos por un momento) entre tanto caminar, visitar lugares fuimos a dar a un bar, insistí  que no entráramos porque beber era algo muy tonto  y más aún por alguien que no valía la pena  siempre habías sido muy terco y no te convencí, no recuerdo cuantas copas bebiste  ni yo tampoco (sólo sé que fueron menos que tú), lo único que sabía es que no podía dejarte solo en ese lugar, así que fui a dejarte a casa para asegurarme que te quedaras bien.
Cuando llegamos a tu apartamento nuevamente te pusiste a llorar y pues  con algo de alcohol encima te dije – ¡Ya basta deja de estar llorando por esa tipa, hay otras personas que si les dieras la oportunidad te amarían en verdad¡ entonces no lo pensé y sólo te bese pero lo que me sorprendió fue que me correspondiste, caí en cuenta del error que había cometido y quise salir de ahí lo más pronto posible pero ahora fuiste tú quien me beso, fue extraño porque siempre soñé que llegaría ese momento más nunca pensé que se volviera realidad… No quería aprovecharme de las circunstancias pero pudo más el amor que tenía guardado, así que correspondí y  cuando me di cuenta estaba en tu cama amándote y deseando que esto no se acabara nunca, tu cuerpo  tan cerca de mí, eras mío y yo tuya esa noche fue la mejor de toda mi vida, no sólo fue sexo… realmente fue amor; ya no importo la amistad que existió alguna vez. Era el momento  de decirte que te amaba sin embargo tomaste la delantera y dijiste –TE AMO, siempre lo he hecho pero fui muy tonto para darme cuenta,  yo sólo volví a besarte y acariciarte  -TE AMO, eso fue lo último que dije antes de quedarnos dormidos.
Cuando desperté descubrí que no estaba en tu departamento por lógica tampoco tú, sólo había sido un sueño muy lindo pero no una realidad. Sonó el timbre y eras tú, llegaste me saludaste como era costumbre y me contaste lo bien que te había ido con ella anoche,  me sentí muy  triste por no haber sido yo quien estuviera en tu cama amándote con la intensidad con que te amo, al grado que no pude contenerme entonces una lágrima recorrió mi rostro, la seque rápidamente para que no te dieras cuenta, te entregue los apuntes y te dije -Hoy no me siento muy bien  ¿Podemos vernos otro día para que me sigas contando?, me contestaste que sí, luego te fuiste. “Ofrecer amistad al que pide amor es como dar pan al que muere de sed”, frase muy cierta entonces creo que prefiero morir cada día un poco  por sólo estar cerca de ti a morirme de tristeza por no tenerte cerca, aunque sólo sea tu amiga.

ARAS




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