viernes, 29 de julio de 2011

Un día frío

El día amaneció frio, de ese frio que te cala los huesos, aquel que es preferible quedarse en casa, en el calor de la cama y bajo la protección de las suaves sabanas que serán cómplices de aquella travesura. Mandar a volar los compromisos, las citas y los trabajos por pasar una tarde fría en cama, viendo televisión todo el día o durmiendo.
Pero después de planear mi dulce fantasía volví a la realidad. Me recosté de nuevo, por tan solo unos minutos y comencé a pensar en las cosas que me harían realmente no desear mi dulce travesura y fantasía. Y te recordé a ti, tenía que encontrarme contigo, pero lejos de que este hecho hiciera que me levantara de la cama solo hizo que lo meditara un poco mas y recordara que si el día anterior hubieras aceptado mi invitación de quedarte conmigo no estaría en esta situación sino que a estas alturas ya hubiera puesto en marcha mi travesura contigo “¡Diablos!” dije en voz alta.
Pensé en que amanecería en tu abrazo cálido y nos quedaríamos todo el día en cama. La idea me agrado bastante, pero así como la sonrisa apareció en mi rostro, desapareció en un instante. No podía llamarte y pedirte que vinieras pues ya habíamos quedado que era yo quien te buscaría. Entonces pensé en otra razón más potente que me hiciera abandonar el reconfortante calor de mi lecho.
Pensé en tu suave y sutil tacto que me brindabas cada que llegaba a nuestros encuentros. El brillo en tus ojos que me hechizaba y que solo se contemplaba cuando me tenías en tu campo de visión. La curvatura que se formaba en tus hermosos labios al decirme “Te amo” que me elevaba, que me hacia desvariar y que volvía a mi corazón loco pues tu melodiosa voz lo embelesaba y lo hacía latir más de lo normal. Y por ultimo recordé tu beso. Aquel beso que me dabas siempre, aquel que era abrumador, que me dejaba soñando por horas, que era cálido y que me embriagaba por completo de amor, cariño y adoración. Ese beso que solo tú sabes dar y que solo a mi me das. De pronto abrí los ojos en un movimiento rápido “¡Demonios! Se me hará mas tarde” dije y me apresure a arreglarme para salir a tu encuentro. Llegue a tu casa lo más rápido que pude.
-De nuevo tarde ¿Eh?- Dijiste al tenerme enfrente-Ven acá- Y me atrajiste hasta tus labios. Me besabas con pasión y el calor me invadió por completo. Respondí aquel beso con la misma intensidad que tu lo hacías.
-¿Lo siento?- Dije después de terminar el beso y con una sonrisa.
-Empiezo a creer que llegas tarde solo porque sabes que te besare así- Dijiste y me miraste con un semblante entre serio y divertido.
-Am… ¡Claro que no!- Dije y pensé si algún día haríamos mi travesura de quedarnos todo el día en cama o era mejor que me besaras de esa forma a diario- Mañana no llegare tarde- Dije y sonreí.
-Te amo- Me dijiste y sonreíste también pues sabias que no lo haría. Sabias que desde aquella vez que me besaste de esa forma por llegar tarde no había vuelto a llegar a tiempo a ninguno de nuestros encuentros…
Bathory.

4 comentarios:

  1. Una historia muy intensa, como las que te caracterizan Bathory soy tu fan. Muy triste el final, pero simplemente increible.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias!
      La verdad es que no entiendo por que decis que el final es muy triste? Segun yo no lo es, pero me encantaria conocer la opinion de vos :D

      Bathory Ø.

      Eliminar
  2. ke buena historia, ke siento ke fue mas anecdota jeje y quien no kisiera una anecdota como esa?
    mmm y yo no le vi lo triste al final... toda estuvo genial, hasta me dieron ganas de irme a acostar jajaja
    Un abrazo , ya sabes kien soy..

    ResponderEliminar
  3. Me llevaste a imaginar el personaje, a pensar en sus expresiones y en sus movimientos, a sentir lo que ella estaba sintiendo y tan bien describiste. El final me hizo trasladarme al día posterior y crearlo por unos segundos.
    Excelente.

    ResponderEliminar