¿AMIGA O ENEMIGA ?

¿Alguna vez te has sentido solo?... En algún momento de tu vida has sentido que eres tan invisible al grado que nadie nota tu ausencia, y que decir del silencio generado por la incertidumbre de saber si eres realmente importante para algo o alguien.

Todos sin excepción en algún momento de nuestra vida hemos padecido el vacío por algo o alguien, es una sensación extraña que congela y al mismo tiempo quema el alma. Sin embargo no todo es tan malo como lo parece al principio, pues en medio de la nada descubres que gracias a la soledad e invisibilidad gozas la absoluta libertad de no depender de nadie, sólo existes tu meditando, reflexionando, tan profundamente que es en esos momentos cuando te encuentras finalmente contigo mismo.

Creo que existen dos tipos de soledad aquella que es apática y la necesaria, la mayoría de las personas por esa razón ven a esta gran aliada como la peor enemiga, pues con la soledad apática, las personas solemos embotellarnos de la realidad, una realidad donde no podemos encajar, la vemos como una solución a todos nuestros problemas y lo más triste es que vamos por la vida caminando en círculos, pues esa no es la manera adecuada de llegar al verdadero yo. Algunas veces ese no es el motivo, más bien (y eso aplica para ambos tipos) sólo nos sentimos tan extraños ante los demás  porque no llenan ese vacío en nuestras vidas (Sin menospreciar su compañía), es decir que nos sentimos solos a pesar de contar con centenares de gente a nuestro alrededor.

Sé que es contradictorio pues el ser humano es un animal social sin embargo primero es un ser que busca su propia identidad, mientras anhelamos compañía, al mismo tiempo buscamos nuestro propio espacio.

También en ocasiones la soledad puede confundirse con el desapego pero ambos van ligados a tal grado que podría afirmarse la dependencia de ambos elementos. La mayoría de los seres humanos tenemos apegos, no quiero decir con ello que sea malo, hasta cierto grado es bueno, sin embargo nunca he estado de acuerdo con apegarse ni a la gente o las cosas, debido a que en cierta medida eso te frena para ser realmente tú. El ser humano vino solo, nada es de él en absoluto. A  medida que pasa el tiempo solos nos vamos creando afectos y necesidades, pero al final de este complejo camino de la vida partimos nuevamente solos.

Pienso que la soledad es una gran aliada para el crecimiento personal, para otros quizá será la amiga incomoda pero si se maneja con filosofía puedes encontrar las respuestas a tus problemas y a tu propia existencia.